miércoles, 23 de agosto de 2017

Las manos no siempre piden permiso


O ha sido una buena excusa para destapar prejuicios, o por desgracia el miedo de quien no sabe está doblegando voluntades y encubriendo, una vez más, los motivos reales. Quizás ambas cosas. Una pena. Tanto recelo servirá a quien le importe, y a quien le importe no será por empatía ni compasión, sino como mero instrumento a favor de sus propósitos más egoístas.

Se trata de medios y de "target".