Me quitaste la sonrisa por quererla;
no me dejaste ir, pero te fuiste.
Yo casi había olvidado cada parte de la historia por no saber perdonarte,
y tú recuerdas cada detalle
porque no es verdad que no te dolía,
como yo pensaba.
A veces aún me cuesta creerte, porque me sabe a indiferencia tuya,
más de tu lado también hay soledad, parecida a la mía;
yo porque no encuentro mi sitio y el tuyo es mitad fantasía.
Creo que al fin podremos perdonarnos, porque solo hay caminos bifurcados
y pulsos a distinto ritmo y aún mismo latido.
Pudimos haberlo hecho mejor, pero no te voy a culpar por callar lo que yo tampoco dije...
