La disciplina deja de ser terrible y el vacío no da miedo, aunque a "los mayores" les cueste entender la importancia de la hoja en blanco.
Solía levantarme a escondidas durante las fiebres, con bailes de fuerza y sin revelar cuán diferente y sola me sentía, porque volvía a mi cabaña de fantasías y salía poderosa.
