domingo, 10 de junio de 2018

Gatos de Sol y Luna



Ahí está el piano vecino. Me recuerda a mis viejas ganas. No sé si ya me importa, pero me gusta.

Me gusta su compañía sin que lo sepa; no sabe ni que existo cuando sale a la ventana y mira el mismo patio, pero la misma niebla y los mismos gatos nos hacen uno en varios, como si entre los grises y los ocres en los días y en las noches  contáramos en crías de Sol y Luna.

(Desaparecen los cuentos, hoy, que paz y soledad se consuman en gametos.)