Nada conozco más bien que la soledad;
sé que te han fallado, y tú a mí, sin maldad.
Y pregunto, inútil, que habría sido;
me obsesiono y pierdo sin haber tenido.
(Nada es como era)
Antes "no vivo"; ahora: "no haber vivido";
te busqué por la calma y me he conmovido.
Me subí a la colina y me asomé al abismo;
viví el escenario de aquél espejismo.
Sagrada la horma tras de este tejido
en que me has encerrado y me has invadido.
En el fondo hacemos lo mismo,
aunque yo hable del karma y tú del destino.
