viernes, 12 de enero de 2018

Tu querida libreta

   Esperabas con ansias esa soledad para refugiarte en ella, la que aún duele a ratos. Pensabas que podrías ser libre con el tiempo.

    Has conseguido eludir explicaciones y has conseguido sonreír casi todo el tiempo, sin embargo es inevitable la melancolía que trae el ruido de algunos silencios y lo incómodo de abrirse paso entre compasión y admiración si el paisaje es de un gris húmedo.

    Apartada en el espacio del dolor pasado, de cosificación y de violencia directa, aún se oyen incómodos gemidos y gatos iracundos filtrados entre grietas y persianas.

    Ya no sabes si estás orgullosa o decepcionada. Francamente, no lo sabes.