Ahora no me estoy remitiendo a hechos concretos, sino a la misma disputa cuya justificación llega a ser confusa o incoherente; sí pienso que es un poco relativo, pero no del todo subjetivo.
Para empezar, un error habitual es defender "libertad" con mirada despreciativa o altanera hacia lo diferente, y pienso que esto es despojar al concepto que defendemos de su significado más genuino.
Partiendo de la aceptación, entonces sí, sí se puede defender, desde la elección (o no) de un@ mism@ de ser de una manera u otra comprendiendo que no es la única, ni tiene por qué ser así, y que la misma diferencia define la decisión de posicionamiento individual, es decir, la libertad del individuo. Es aquí donde se ve realizada cada una de las partes y no en el acto déspota e inquisitivo de eliminar a los demás del plano.
Además conviene discernir la idea trascendental del error.
