Jamás se encarnó del todo el aporte que se supone; mi imaginación no acabó de bajar a tierra. La aparente calma perdió su pantalla no conmutativa.
Esperar a que la gente entienda para vivir es una esperanza pésima. Por eso mismo oír un día <<eres libre>> sonó a penitencia, que no era.
La rebeldía ahora es otra, menos estética pero más bella. Juega a la ley de Murphy y cada día es un mensaje del pecho, por lo bajo, entre olas cósmicas golpeadoras: sacuden esta amalgama de sedimentos, se reconstruyen o deforman.
Morfeo pide que le cuente de ti para arroparme ¿he dicho que precisamente a ti me recuerda? Prefiero decir "re-cuerda", para que no me abduzca la locura.