Me quedo en este planeta dulce fingiendo que no sé qué has vuelto porque ya otros lechos estaban fríos, diciendo que soy yo quien marca acentos con halagos bien sombríos "¡Cómo te echo de menos; ¡Tienes de mi corazón el reino!" .
Dices que en el fondo nos queremos, que me admiras por ser yo pero soy yo que "por pensar freno"; sí, es verdad que resta afecto: ¿te quiero?: según tú es que si no muero.